
Desde que nacemos y hasta nuestra partida de este mundo, la vida está llena de problemas. El bebé está cómodo en la pancita de la mamá, nace y ahora debe respirar por su propia cuenta, llorar para alimentarse, aprender a caminar, hablar, pasar por todas las etapas del desarrollo, y la infinidad de situaciones que se puedan presentar.
Creemos que algunos problemas no tienen solución o no tenemos la capacidad para resolverlos, y ante este reto, en ocasiones cuesta pensar con claridad y empiezan a generarse las emociones del grupo negativo como la ansiedad, el miedo, la angustia; que nos hacen perder energía.
A la vida le interesa que aprendamos de sus lecciones para poder reconocer nuestro verdadero potencial y reconocer nuestra verdadera esencia. Es así que se vuelve necesario voltear nuestra mirada hacia el interior, para comprender nuestras limitaciones. Cuando entendamos el por qué actuamos como lo hacemos y reconozcamos nuestras emociones alcanzaremos lo que nos parecía inalcanzable.
El mundo se encuentra en crisis. Hasta ahora, las catástrofes mundiales solo estaban en libros, películas, eran historias. Hoy, somos la historia que será contada en unos años.
La supervivencia tiene que ver con la capacidad de resolver problemas, tomar decisiones, afrontar obstáculos y aprender de los errores. Nuestra capacidad de observación y análisis, combinada con el intelecto, la memoria, la imaginación, la creatividad y la inteligencia emocional constituye todo lo que necesitamos para hacer frente a este nuevo desafío.

El libro El sentido de la vida, de Viktor Frankl, nos enseña que todas las respuestas ante nuestras dudas vitales no están en el exterior. Todas nuestras necesidades, objetivos y pasiones están en nuestro interior, e irán cambiando a medida que maduremos y crezcamos como seres humanos.
Qué podemos hacer, luego de ver en nuestro interior y descubrirnos:
- No guardar pensamientos o emociones negativos ante los problemas; hay que hacer una pausa e identificarlos.
- Hay que aceptar la situación como un regalo del universo y ver cómo podemos crecer y sobre todo evolucionar.
- Ser humildes, mantener la fe y la confianza.
- Buscar lo mejor de las personas, enfocarse en lo positivo.
- Comprender que hay fuerzas que no podemos entender y que la ciencia apenas está empezando a aclarar (nuestra situación actual). aquí es donde nos reinventamos.
Nuevamente, Frankl nos enseñanza que hay que vivir con decisión, debemos estar decididos a lograr algo, a superar cualquier obstáculo y a luchar por aquello que deseamos en cada momento. Si sufrimos, debemos tener claro un propósito, así ese sufrimiento se convertirá en un desafío. Y cambiar la actitud para hallar un sentido de vida más elevado: ver lo positivo en lo negativo.
No debemos desgastarnos tanto queriendo cambiar cosas que están fuera de nuestro control. Miremos nuestro interior y re-descubrámonos.
