
En mi experiencia como psicóloga he atendido diversos casos con niños, adolescentes, adultos, adultos mayores, parejas y grupos de familias, con diferentes problemas que surgen en las diversas etapas de la vida. El 80% de estos casos ha implicado una autoestima baja ya sea porque el problema degenera la autoestima o la autoestima baja genera el problema.
En resumen, la autoestima es la forma en la que nos valoramos, es el resultado emocional que surge si aceptamos y nos gusta nuestro autoconcepto, se manifiesta de forma cambiante en función de nuestra situación y circunstancias y se va modificando a lo largo de nuestra vida. Es importante porque es la base de nuestra salud psicológica; si es la adecuada podremos interactuar con el mundo de forma sana.
Una persona con buena autoestima está dispuesta defender sus derechos personales, incluso aunque encuentre oposición o ataques emocionales. Se siente lo suficientemente segura de sí para modificar su opinión o criterio, si la experiencia le demuestra que estaba equivocada. Será capaz de obrar según su criterio sin sentirse culpable cuando otras personas no estén de acuerdo con ella. No pierde el tiempo preocupándose por el pasado ni por lo que pueda ocurrir en el futuro, aunque aprende del pasado y planifica el futuro; vive el presente. Confía en su capacidad para resolver problemas sin dejarse acobardar por fracasos y dificultades y cede cuando realmente no puede lograr algo. No se siente ni inferior ni superior a otro. No se deja manipular. Es capaz de disfrutar con gran variedad de actividades. Es sensible a los sentimientos de los demás y los respeta.
¿Y qué tiene que ver la actividad física con la autoestima?
Te recuerdo primero el concepto de actividad física la cual se considera cualquier movimiento corporal producido por los músculos que exija gasto de energía; ésta reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatías, diabetes, cáncer, depresión, ayuda en el equilibrio calórico y control de peso. Incluye cualquier actividad con movimiento corporal como el juego, formas de transporte activas, tareas domesticas, actividades recreativas y el ejercicio; este último es el que se realiza de forma planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo.
La actividad física beneficia tu cuerpo, mejora la salud. Puedes bailar, caminar, correr, puedes ponerte retos y crearte rutinas de pesas o tener un plan para lograr una carrera de 5 kilómetros o más.
Beneficia tu mente ya que estarás más pendiente de tu respiración y producirás endorfinas las cuales interactúan en el cerebro para producir felicidad.
Te llena de energía. Al principio, cualquier actividad puede resultar difícil, pero conforme el tiempo pasa, éste se adaptará a los nuevos requerimientos facilitando día a día la terea y aumentando la energía para realizar el trabajo del día.
Reduce los niveles de estrés y depresión, cuando te organizas para tener un rato al día solo para ti y tu cuerpo.
Te alegra la vida ya que como lo mencioné antes genera endorfinas en tu cerebro generando felicidad.
Si la actividad física mejora mi salud de tal forma que el cuerpo se beneficia, genera endorfinas las cuales ayudan a sentirnos felices, nos da energía suficiente para sacar las tareas diarias, hace que nos sintamos bien, es un hecho que mejora la autoestima.
Y entonces, ¿qué va primero?
Cuando hacemos actividad física o ejercicio, hay bienestar a nivel fisiológico y la bioquímica cerebral se modifica provocando salud mental; y parte de esta salud conlleva una buena autoestima. Cuando tenemos una autoestima adecuada, naturalmente, esa bioquímica cerebral generará la necesidad de movilizarnos, de mantener nuestro cuerpo saludable, de generar la energía para realizar las tareas diarias.
Y así, como el yin y el yang que nos dice que todo lo que nos rodea se compone de dos fuerzas opuestas que se unifican en armonía para favorecer el movimiento y, a su vez, el cambio; la actividad física y la autoestima funcionan en la misma dualidad del equilibrio.
No estamos completos sin actividad física y no podemos vivir sin una buena autoestima. Requerimos ambas.
